Se acercan los viajes de vacaciones, y como cada vez que esto sucede, surgen dudas sobre cómo viajar con perros en el coche. Viajar con un perro, con un gato, con un pájaro, con peces o con un hámster es mucho más común de lo que parece, aunque seguramente los perros son los animales más viajados a bordo del vehículo. Al fin y al cabo, son los animales de compañía más fieles, de manera que no nos debería extrañar que nos quieran acompañar en nuestro viaje.
Y para que el viaje con nuestro animal llegue a buen puerto, no hay nada mejor que seguir unas sencillas recomendaciones.
Con perros el coche, el viaje comienza mucho antes
Antes de salir de viaje, es importante verificar que el animal se encuentre en buen estado. Una visita al veterinario nos permitirá conocer el estado del animal. Además, si se trata de un animal que se suele marear, quizá el veterinario nos pueda proporcionar algún tipo de medicación para ayudarle.
Por otra parte, si viajamos fuera de España conviene informarse sobre los posibles requisitos que puedan existir para entrar o salir del país con un animal de compañía.
A la hora de preparar el viaje, es importante llevar agua, comida, algún juguete y artículos de higiene del animal. Si nosotros llevamos una maleta, el perro también la necesita. Y esta maleta será la que le ayude, también, a estar más relajado durante el trayecto.
Dentro del vehículo, los animales deben ir convenientemente ubicados. No olvidemos aquello que dice el Reglamento General de Circulación en el artículo más socorrido en caso de multas:Artículo 18. Otras obligaciones del conductor
Artículo 18. Otras obligaciones del conductor
El conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía. A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos.
Luego ya viene toda la parte de las pantallas y los móviles, por pura adición al texto original, pero lo primero que se redactó en ese artículo hablaba, precisamente, de colocar personas, objetos y animales para evitar riesgos innecesarios.
¿Dónde colocar al perro durante el viaje?
En caso de un frenazo fuerte o un choque, el perro puede golpearse y hacerse daño, hacer daño a los ocupantes del coche, o bien salir despedido, incluso proyectado fuera del coche. Por eso es básico que el perro viaje bien ubicado y sujeto.
Si hablamos de perros pequeños o medianos, lo ideal es que viajen alojados en un transportín. La mejor ubicación para este es el suelo del coche, detrás de los asientos delanteros. Esta ubicación es la más segura y además es donde menos calor pasarán durante las horas de sol. Es muy importante tener en cuenta que, en caso de choque, puede ser peligroso que el transportín vaya colocado sobre los asientos, incluso aunque utilicemos el cinturón de seguridad para amarrarlo.
Casi para cualquier tamaño de perro existen unos arneses especiales que se sujetan al cinturón de seguridad o directamente al asiento. Los que sólo sujetan al perro por el collar no son muy seguros, tampoco para el animal, y si el arnés tiene más de un punto de anclaje, el perro irá más seguro, se moverá menos y también habrá menos riesgo de que se maree.
Si hablamos de perros grandes, lo mejor es que viajen sujetos dentro del maletero, si este es grande y tiene luna en el portón. Si es posible, se recomienda colocar una reja o red de separación entre el maletero y la zona destinada a las personas, e incluso entre la zona del maletero que destinamos al animal y la zona donde se ubiquen las maletas.
En cualquier caso, conviene que el perro se acostumbre a ese espacio en el que se pasará, seguramente, unas cuantas horas. Es importante dejar que explore ese lugar unos días antes del viaje. De esta manera, no le resultará tan difícil hacer frente al trayecto que tengáis que realizar.
Y eso nos lleva al siguiente punto.
No le canses con el viaje; él nunca lo haría
Viajar en coche es divertido… si uno no ha nacido perro. Para un animal, el trayecto a bordo de un vehículo puede ser estresante. Viajar con perros en el coche es así, y por eso debemos prever que nuestra mascota necesita descansar, casi tanto como lo necesitamos los conductores. O incluso más, si el perro no está acostumbrado a viajar.
Aprovechemos las paradas que hacemos cada dos horas o cada 200 kilómetros no sólo para descansar como conductores, sino para que el animal pueda estirar las patas. Es muy importante sujetarlo con la correa antes de abrir la puerta del coche, o el perro puede tener la tentación de salir a corretear sin mayor precaución y acabar atropellado.
También en esos momentos se le puede dar un poco de agua, alguna galleta, pero no demasiada comida, por si acaso se marea el animal al volver a estar en el coche.
¿Y si no viajamos con un perro sino con otro animal?
Si lo nuestro no son los perros pero sí los gatos, los hámsters o las cacatúas, más o menos rigen las mismas recomendaciones. Si el animal es pequeño, conviene estar muy atentos a la pérdida de agua que pueda sufrir durante el trayecto. Si hablamos de un pájaro, obviamente lo llevaremos dentro de una jaula si no queremos que acabe revoloteando por el habitáculo…