Firma alemana, sinónimo de calidad, con una estrella como símbolo… No tenemos dudas, hablamos de Mercedes-Benz. Pero ¿de dónde viene su nombre? ¿Por qué la compañía adoptó este nombre de mujer? Una niña alemana tiene la culpa.
La pequeña Adrienne Manuela «Mercedes»
Emile Jellinek, un cónsul diplomático y gran empresario de la época, en 1890 tuvo una hija a la que bautizó con el nombre de Adrienne Manuela Ramona Jellinek. En su entorno familiar todo el mundo llamaba con cariño Mercedes a la pequeña.
La asociación del seudónimo familiar
Jellinek era un hombre de negocios y siempre se interesó por las carreras de coches que en el siglo XIX comenzaban a expandirse, su seudónimo al volante era Monsieur Mercédès.
Este interés por los coches también llegó hasta DMG (Daimler Motoren Gesellschaft) ya que recibió un encargo del propio Jellinek para realizar una flota de vehículos con una sola condición: tendrían que llevar el nombre de Daimler-Mercedes.
Los coches fueron un auténtico éxito de la época por lo que se firmó un acuerdo entre Daimler y Jellinek donde Emile Jellinek – rebautizado como Emil Jellinek-Mercedes-tenía un puesto importante en la nueva empresa.
Con el paso de los años el nombre de Mercedes fue adquiriendo cada vez más protagonismo dentro de la compañía. Tras otro acuerdo entre Daimler y la empresa Benz (otra grande de la época) nació la compañía Daimler-Benz.
Desde ese momento, y hasta nuestros días, su nombre comercial pasó a denominarse Mercedes-Benz. Esta es la curiosa historia del nacimiento de una empresa que todavía a día de hoy sigue siendo el referente del sector automovilístico.
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